La elección de una mascota es algo que normalmente se relaciona más con los gustos de la familia que con la idoneidad científica de estos compañeros. En este sentido, es importante considerar ciertos aspectos en cuanto a la dinámica y estructura familiar para que sea posible adoptar una mascota a la que se facilite cuidar adecuadamente y llene las expectativas que usualmente se buscan, marcada sobre todo por la solicitud de los niños de la casa. Así las cosas, las mascotas más recomendables en orden de preferencia son: los perros, los gatos, los hámsteres, las aves y los conejos.
El perro sigue siendo el mejor compañero
Elegir un perro como mascota es una decisión muy flexible que puede ser adaptada a cualquier estructura familiar. En tal sentido, si hay niños en el grupo el canino es un gran compañero con el cual jugar y a quien cuidar, aunque no puede abrogarse toda su atención al niño, pues requiere siempre la supervisión de un adulto. Por otra parte, si es un grupo donde solo hay adultos, el perro es una excelente opción, pues es fiel y obediente, además de ser sumamente inteligente y dócil. El can tiene todos los atributos de una mascota ideal, doméstica y amistosa.
Las constantes demostraciones de cariño que los perros hacen a sus dueños, elevan el ánimo de las personas, por lo que al elegir un perro como mascota, puede ser la mejor opción para personas con discapacidad o solitarias. Así mismo, son fáciles de entrenar porque son muy perceptivos, con lo cual es posible enseñarles tareas útiles de manera rápida y eficaz, obteniendo una ayuda invaluable e incondicional en todo momento, pues este afectuoso animal no se apartará de su dueño nunca.
¿Cómo elegir el mejor perro como mascota?
Si la elección del perro como mascota obedece a la exigencia de los niños de la casa, es conveniente optar preferiblemente por canes de tamaño medio a grande, para evitar que salga lesionado al jugar. Además es importante involucrar al niño en la selección del animal y en las actividades de cuidados diarios de la mascota, como la alimentación y los paseos, para generar un vínculo de amistad, de fidelidad y de responsabilidad entre ambos. Igualmente, es fundamental elegir un perro bebé para amoldar su conducta de manera progresiva al grupo familiar y para que tenga mayor pronóstico de longevidad con el niño.
Por otra parte, elegir como mascota al perro por parte de un adulto es más fácil, pues esta decisión está orientada más bien por el gusto por ciertas razas concretas; pero es importante que se tomen en cuenta aspectos como el espacio disponible para tenerlos en casa, el tiempo disponible para sus cuidados generales de alimentación y aseo, así como otras necesidades especiales de sus dueños, como la compañía y ayuda en caso de personas con discapacidad. En todo caso, el denominador común es definitivamente fomentar los lazos de amistad y cuidados recíprocos hombre-perro.