2. Tonifica tu espalda
- Sentada sobre los empeines y con las rodillas separadas, inhala y lleva el tronco a un lado intentando que el ombligo descanse sobre el muslo.
- Estira los brazos y respira profundamente hacia los lados del tórax.
- Sigue con 3-5 segundos de apnea y una exhalación más larga que la inhalación.
3. Estira toda la espalda
- Flexiona las rodillas, abrázalas y deja caer la cabeza hacia ellas (ojo si se padecen discopatías).
- Dirige la respiración hacia donde notes que el estiramiento es más intenso, retén el aire tres segundos y exhala.